lunes, 16 de marzo de 2009

Plan Bolonia


Se inicia la cuenta atrás para la implantación del "Plan Bolonia" y tengo la impresión de que los principales afectados, es decir los alumnos que ahora mismo estudian bachillerato, no tienen ni idea de lo que se les viene encima. Tal vez, porque no se les ha informado adecuadamente o simplemente porque entre sus filas cunde la desidia y el desinterés, en cualquier caso, no parece que a nadie le importe realmente si los cambios son perjudiciales o no: ¿Y por qué podrían ser perjudiciales? Porque estamos a punto de convertirnos en espectadores privilegiados de la conversión de la educación superior en una División de recursos humanos de las grandes corporaciones.

"Atrévete a pensar" decían nuestros ilustrados mientras se lanzaban a la conquista del conocimiento, sin embargo, las nuevas generaciones dirán, "Estudiamos para trabajar no para pensar", porque ya no se contempla el estudio fuera del mercado laboral, fuera de la ecuación demanda/oferta. La cultura analizada desde la perspectiva del mercado capitalista, es de todo menos cultura.

La Universidad contemplada desde la perspectiva de nuestros sagaces burócratas debería pasar a llamarse a partir de la entrada en vigor del Plan Bolonia: "Fábrica de trabajadores", especializada en técnicos con conocimientos limitados pero aplicables 100% al mercado. Tendremos que decir adiós a la Antropología, Sociología, Filosofía, Arqueología y demás carreras que si bien reúnen un estupendo saber y conocimientos sobre el HOMBRE, no son rentables económicamente y se verán abocadas a su extinción, después de todo es una cuestión de economía de costes.

A mayor abundamiento: ¿ Los estudiantes tienen que costearse un master para especializarse? Pero si cuando un licenciado sale al mercado, lo único que le ofrecen, teniendo mucha suerte y en época de bonanza económica, es un sueldo de mil euros. ¿Se han olvidado nuestros políticos que muchos de nuestro jóvenes son mileuristas?. Supongo que si ya con los sueldos míseros que se pagan, nuestros jóvenes son incapaces de subsistir sin ayuda de sus papis, si además se encarece la educación universitaria tendrán que depender de sus padres hasta por los 35 años.

Me da igual que el Estado preste el dinero a tipo cero, que por cierto, no me lo creo, o que exista una carencia de cinco años para la devolución del principal o se pueda devolver el préstamo en veinte años, porque la cuestión de fondo se circunscribe a que la enseñanza ha sido en España hasta la fecha un DERECHO pero ahora pasará a convertirse en una MERCANCÍA. Por qué tienen que pagar los estudiantes la totalidad del importe, por qué no sufragan (que no financian) parcialmente los gastos los colegios de profesionales o las principales empresas de nuestro mercado, después de todo son ellas las primeras beneficiarias de este "sistema educativo de alta calidad". Es un abuso que los estudiantes sin recursos financieros tengan que pagar los master mientras el resto de instituciones se van de rositas.

Es normal que en Alemania o Francia, se pague este master, porque allí son más rígidos con los contratos laborales, y no son tan piratas como en España, donde te contratan como secretaria pero básicamente estás haciendo labores de categorías superiores, eso si no te pagan en B. Los políticos parecen obviar que nuestro mercado de salarios no es ni de lejos comparable con el de nuestros colegas centroeuropeos.

Nuestros admirados políticos, han estado hipotecando a nuestra juventud, primero con la burbuja inmobiliaria permitiendo la concesión de préstamos a 35 años por bancos usureros, para encima también hundirlos más en el mísero pozo económico, al permitir que sus hijos tengan que pagar cantidaes desmedidas por estudiar en la Universidad del futuro. Más les valiese a nuestro políticos ponerles a nuestros jóvenes grilletes y llevarlos a la Cantera a picar piedras, porque es más humano que el hipotecar sus vidas a trabajos mal remunerados, mercados inmobiliarios especulativos y a una educación en vías de convertirse en un artículo de lujo.

viernes, 13 de marzo de 2009


El talón de Aquiles de las sociedades modernas es "la mediocridad". No serán las guerras ni las crisis económicas ni las rivalidades endémicas entres potencias rivales, sino la gestación de ciudadanos mediocres, es decir, de poco mérito o tirando a malo, lo que hunda a los países occidentales. Todas las instituciones abstractas a priori, tales como el Estado, Justicia, Sanidad o Economía, se sustentan y articulan mediante las relaciones personales generadas entre los ciudadanos que configuran una Sociedad. Si los ciudadanos se relajan y se vuelven mediocres sus interacciones con otros también serán mediocres contaminando las instituciones y configurando una sociedad decadente. Como una manzana podrida que contamina al resto de manzanas que componen el cesto.

Qué ocurre en la mayoría de los países occidentales, pues precisamente esto, los ciudadanos en su mayoría nos hemos vuelvo mediocres. Cuándo fue la última vez que nos hemos cuestionado ¿cuál es el significado de ser ciudadano?, y más aún, ¿cuáles son nuestras obligaciones y deberes como ciudadanos?. Lo único que hacemos es ver programas de televisión sobre cotilleo que copan todas las cadenas, nos conformamos con los telediarios que dedican la mitad del tiempo al fútbol, cuando existen miles de cosas más importantes de las que informar. Nuestros jóvenes sienten pasión por los cantantes y actrices que viven de representar vidas ajenas, y como diversión pasamos horas y horas en Internet frente a una pantalla de ordenador.

Jóvenes y mayores carentes de principios, generan ciudadanos que no dudarán en estafar a partes de la Sociedad con tal de ganar dinero: "Gescartera" o "Caso Malaya", porque a todo el mundo le importa un pito la comunidad, lo importante es el YO. Pero luego vienen las crisis, y todo el mundo se acojona y le echa a la culpa a los Gobiernos. Pues no, la culpa no es exclusivamente de los Gobiernos sino también de los ciudadanos que se han olvidado de presionar a los políticos y que prefieren no complicarse la vida. Los ciudadanos debemos presionar con huelgas, escritos, movilizaciones, dinero, etc., como sea, con tal de que los políticos hagan el trabajo adecuadamente. Decirnos a nosotros mismos "eso es imposible" es tener un pensamiento y actitud mediocre.

La democracia es democracia porque participamos todos, si la gente se quita de en medio, entonces tenemos otra cosa y cuidado porque eso es peligroso.

Ciudadanos mediocres = personas sin valores ni principios + egoístas + poco cultivados + nada brillantes = crisis económicas + crisis políticas + crisis ideológicas

jueves, 12 de marzo de 2009

Medioambiente destruido


Debemos poner fin de una vez por todas, a la tala indiscriminada de árboles a nivel mundial, por lo que el mensaje que mande nuestra Sociedad debe ser rotundo, y directo al bolsillo de aquellos que se benefician de este tipo negocio ya sea de manera directa o indirecta.

Es evidente que aquellos medios que distribuyen periódicos, libros, revistas o simplemente venden papel o libretas no se dedican a cotar los árboles que les hacen falta para luego transformarlos en papel. Sin embargo, su negocio demanda papel y por lo tanto, contribuyen a fomentar la tala de árboles. No quiero ni imaginar lo que se gastan las empresas por este concepto, pero está claro que es insostenible este ritmo de generación de papel por lo tanto, la única forma de fomentar otras alternativas tales como el papel reciclado o nuevas tecnologías, es encareciendo la compra de papel nuevo hasta hacerlo un artículo de lujo que es por otra parte lo que debería de ser talar un árbol.

Por tanto, se debería establecer una tasa directa que grave la venta de revistas, periódicos, papeles, libretas, cuadernos, sobres, etc. que no utilice material reciclado (entre el 1%- 5% del previo de venta). Por otra parte, la venta de material reciclado estaría exento de dicha tasa además de tener una desgravación fiscal por contribución a la conservación del medio ambiente. El dinero recaudado mediante esta tasa, iría a una partida presupuestaria que contribuiría a la conservación de nuestros bosques y parques nacionales, así como a fomentar nuevas actividades relacionadas con el medio ambiente.