
Visitando los Estados Unidos descubrí una forma inteligente de controlar el gasto de medicamentos realizado por los pacientes. Era a través de los carné de conducir, en concreto, cada carné tiene asignado un código de barra que debe ser registrado con cada compra por los farmacéuticos. De esta forma se genera una base de datos conectada con el Departamento de Sanidad donde se puede comprobar en cualquier momento lo que ha comprado cualquier persona a través de la Seguridad Social.
Otra vez, se demuestra que la mejor forma para controlar los gastos del Gobierno, es mediante la aplicación de las nuevas tecnologías a los procedimientos de gestión estatal. Por ello, sería interesante que el Gobierno Central comenzase a sustituir las actuales tarjetas de la Seguridad Social por otras dotadas de un sistema similar al estadounidense que posibilite un control a tiempo real de los medicamentos que compra cada paciente. Y de esa forma se podría saber:
- Qué tipo y cuántos medicamentos consume cada paciente.
- El gasto por persona, colectivo o segmento de edad. A efectos estadísticos.
- Control de ciertos medicamentos que son adictivos.
- Evitar que se extiendan recetas de manera abusiva por ciertos médicos.
- La posibilidad de realizar un auditorías a pacientes y médicos por disponer de información ordenada y a tiempo real.
Por tanto, mediante este sistema se posibilita el que la Administración pueda realizar controles aleatorios de pacientes y perseguir a aquellos que abusen del sistema y adquieran con la complicidad de sus médicos más medicamentos de los que deberían o simplemente comprar medicamentos para dárselo a familiares y/o amigos.
Es legítimo que un Gobierno establezca medidas de control que sean capaces de detectar abusos o lagunas en el sistema, porque lo que no resulta de recibo es que determinados pacientes puedan adquirir impunemente y costa de arcas publicas más medicamentos de los médicamente necesarios.
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